![]() |
![]() |
Sobre el autismoLa integración y comunicación de los niños autistas puede verse favorecida por el ocio y el tiempo libre, que parecen ser una buena terapia para su reinserción social, según un estudio realizado por la Asociación Antares, que agrupa a familiares de personas discapacitadas con dificultades para la comunicación.¿Qué hacen unos padres cuyo hijo discapacitado tiene dificultad para integrarse o comunicarse en su entorno? El problema de los niños autistas no es fácil de tratar, no sólo entre los familiares sino también entre los médicos de atención primaria, a los que acuden pequeños afectados por esta patología. En este punto destaca la labor realizada por la Asociación Antares, una organización que agrupa a familiares de personas discapacitadas con dificultades para la integración y autistas, que ha elaborado el primer estudio en España sobre la aplicación del tiempo libre y el ocio como forma de reinserción. Los resultados han sido positivos,
y una de las principales conclusiones ratifica el hecho de que tanto el
ocio como el tiempo libre son una buena terapia para la reinserción
social de niños con problemas de comunicación en su entorno.
En este sentido, Teresa Cárdenas, secretaria de la Junta Directiva de la asociación y una de las coordinadoras del estudio, señala que "lo que nos distingue de otras organizaciones es que tratamos de realizar las actividades al aire libre, porque con ello queremos generalizar en sus vidas el ocio. Así, se les lleva al cine, a un supermercado, o a una cafetería, pero siempre acompañados de monitores especializados". Otro de los beneficios que aporta esta metodología es que aumentan las necesidades de relación y de comunicación. Teniendo en cuenta que se trata de personas autistas, que no hablan o con problemas de comunicación, sus relaciones sociales no son en sí mismas motivantes, dado que prefieren la soledad. Pero en actividades de ocio, las relaciones en pequeños grupos y la variedad de actividades gratificantes hace que las interacciones sean sencillas y dinámicas, y cargadas de una estimulación constante. Entorno familiar
Cárdenas ha destacado que la mayoría de los padres y familiares de estos enfermos han notado una integración mayor y que además pueden ir con ellos a lugares corrientes. Sin embargo, añade que "las mejoras son todavía pequeñas porque estos chicos necesitan muchísmo tiempo para mejorar". En cuanto a su personalidad, el estudio pone de manifiesto que entre estos enfermos disminuyen los niveles de ansiedad y de estrés emocional que suelen manifestarse con alteraciones de conducta variadas, como autolesiones o rabietas. Por otro lado, un 56 por ciento de los familiares señala que se ha incrementado el tiempo que sus hijos permanecían con otras personas por elección propia. También los padres han confirmado en un 88 por ciento que sus hijos han participado en nuevas actividades de ocio. Otro dato que hay que destacar es que el 80 por ciento de los progenitores han percibido que sus hijos buscaban la proximidad a las personas para compartir y mostrar tanto sus sentimientos como sus experiencias. Entre la clasificación
que se establece para distinguir el grado de discapacidad de los enfermos
(ligeros, medios, severos y profundos), Teresa Cárdenas subraya
que "esta es una de las pocas asociaciones en las que la mayoría
de los afectados pertenece al grupo de discapacitados severos (un 60 por
ciento) y algunos profundos (unos cuatro)".
Un gran esfuerzo
|